miércoles, 8 de junio de 2011

BUSCANDO COCHECITO...

Hay mucha gente que no usa la sillita de paseo y es más, ni siquiera tienen, y otros que la usan a todas horas y para todo. Yo, bueno, más bien mi gordita, no es ni de uno ni de otro bando y ha usado la silla menos de lo que yo (y todo el mundo) esperaba antes de que naciera pero más de lo que me gustaría, aunque tengo que reconocer que hay momentos en que es un rollazo y otros en los que se agradece muchísimo tenerla.
Una vez que uno decide que quiere una silla toca lo mejor, porque es más difícil elegir silla que comprarse un coche, y creo que hay incluso más modelos que de coche así que, ¿cual me compro?
Ummmmm....pues obviamente depende de muchas cosas claro:
- Precio, porque tenemos desde 200 hasta más de 1000 euros, claro. En esto hay que tener en cuenta otra cosa, y es que mucha gente se compra una silla de precio medio, unos 600 o 700 euros, y luego al año se tienen que comprar una de paseo ligera, de esas de tijera, porque la primera pesa muchísimo o se maneja muy mal, o no cabe bien en el maletero, es decir, que lo que intentan ahorrar con la primera se lo terminan gastando en tener dos que al final son dos trastos más en casa en claro.
- Peso, importantísimo sobre todo si tenemos que desplazarnos en coche y con la sillita a diario, porque eso significa plegarla, cogerla y tener que sacarla y meterla en el maletero al menos 2 veces al día, es decir, manejar entre 8 y 15 kilos. Si los desplazamientos son esporádicos, no tenemos que subir escaleras el tema del peso no es algo tan importante. Lo mismo ocurre con el plegado, pero si tenemos un maletero pequeño, habrá que asegurarse de que cabe plegado claro y si pensamos viajar mucho en avión es mejor un plegado rápido y compacto tipo tijera que en varias partes.
- Manejo, esto depende del uso que hagamos; si tenemos que recorrer largas de distancias con escaleras, obras, zonas estrechas.....será importante que se maneje muy bien, incluso que pueda hacerse con una mano si las distancias son largas claro. Si el uso es para salir de paseo un rato, esto no será tan importante por supuesto.
- Diseño, porque por supuesto, nos tiene que gustar.
- Lavable, porque algunos no pueden desenfundarse sin desmontarlo lo que hace obligatoria llevar funda en verano e invierno, y francamente, es un gasto adicional y un rollo. Hay otros que tienen telas que permiten limpiarlos in situ, pero claro, suelen hacer que los peques suden...De nuevo habrá que pensar si es muy probable que tomen la merienda en el carro (porque les pille en casa de los abuelos por ejemplo) y eso hará necesario un lavado a menudo, o si por el contrario la usaremos para ir y venir de la guardería y probablemente el niño irá dormido gran parte del camino.
Luego hay otras cosas que para mi eran importantes como que las ruedas no se pincharán (porque yo paseo mucho por el campo), que el niño pueda mirar a la persona que lo lleva o mirar hacia delante (porque cuando son muy pequeños uno va más cómodo mirándoles pero
llega un momento que quieren ver el mundo), que tenga un freno seguro, que sea transpirable, duradero y crecedero(porque yo no pienso comprarme ninguna silla más ni ahora ni para hijos posteriores si los hay claro), que se pueda acoplar un patín de los de niño "mayor" en el futuro...
La verdad es que la Stokke siempre ha sido mi preferida, me parecía que tenía un diseño genial, que el bebe va muy cerca de quien le lleva, que tiene muchos accesorios, que se maneja bien en ciudad, en fin, que casi estaba segura de que me compraría esa pero resultó ser muy pesada, poco manejable en terrenos irregulares y campo, y además parece ser que puede llegar un momento en que el bebe no quepa y tampoco es que sea barata claro, porque es de las 2 o 3 más caras que hay así que, debido sobretodo al tema de la manejabilidad en terrenos campestres, me decidí
por el Bugaboo Camaleon. Este tiene un diseño mono, bastante personalizable, y la verdad es que se maneja muy bien. Pesa bastante poco comparado con lo que hay en el mercado pero ocupa mucho en el maletero; vale que pueden desmontarse hasta las ruedas y encajarse ganando espacio pero no nos engañemos, es un rollazo desmontarlo absolutamente todo por ejemplo, para que quepa la compra...o al menos a mi me da una peeereeeeza. Otro inconveniente es que ahora, cuando nos vayamos de vacaciones, nos tendrán que prestar una silla de tijera tipo Maclaren para que podamos llevarla hasta la puerta de embarque y recogerla
luego, porque no me imagino yo plegando y desplegando el bugaboo y arriesgándome a que me pierdan algo, pero bueno, este es un inconveniente minúsculo si como yo, vuelas máximo un par de veces al año.
Si os interesa esta, existen muchas parecidas en el mercado, casi calcos, a precios algo más bajos, solo es cuestión de buscar.
Mis cuñados tienen la Jané Rider que es bastante mona, tiene bolso incorporado y te permite elegir que partes quieres y cuales no, algo que parece interesante si por ejemplo, queremos prescindir de la silla de coche y adquirir otra algo más crecedera...pero el otro día me pareció que pesaba una barbaridad y ellos, con lo que la usan, tienen que acabar cansados de tanto cargar y descargar la silla, pero claro, su precio es medio y eso también es un punto.

Otra que me gustaba bastante era la Quinny , la Buzz 4, me parece muy modernita, no es de las más ligeras pero tampoco muy pesada, se maneja bien lo
que la probé...A mi me tiró para atrás porque mi uso, al ser preferentemente campo y parque, necesitaba ruedas rellenas, que no pudieran pincharse con un pedrusco, y un chasis que me ofreciera muchas garantías y este me parecía un diseño un poco rígido. Vale que como accesorio puedes comprar neumáticos todoterreno pero con un bebe lo que no te sobra es tiempo para andar cambiando ruedas según por donde vayas a pasear pero bueno, para salidas ocasionales esta chulo.

Luego esta la marca Chicco, de toda la vida, pero yo no me la plantee mucho ya que una vecina tubo que arreglar todas las ruedas y los radios para su segundo hijo, eso si, el precio puede ser la mitad que las más caras, es decir, que puedes permitirte estrenar dos sillas por el precio de una. Si el uso va a ser muy ocasional pero queréis tener silla, que hay momentos en que viene muy bien, pues hombre, sin duda lo mejor una mona y baratita, incluso de las de las marcas de hipermercado, porque ¿para que más?Y mejor que se plegue en tijera.

Luego tenemos la marca Bebecar, que destaca por tener unos cochecitos estilo retro preciosos, con unos capazos muy espaciosos, pero claro, esta el inconveniente del peso, manejabilidad y sobretodo del espacio. Yo creo que quizá si si se dispone de otro cochecito pues bueno, puede ser un capricho, pero un capricho bastante caro y con poco uso. Supongo que si solo usas el cochecito para pasear por una zona muy amplia pues bueno, te da igual, pero si tienes que andar metiéndolo en las cajas del súper o por el pasillo angosto de mi centro de salud pues puede ser que no quepa...
Aparte de estas marcas hay muchas más claro, solo tenéis que pasear por cualquier tienda especializada, dejad que os asesoren (si saben), mirad como pesa, como pliega, manejadla, ver sus accesorios, pensadlo bien y decidir.

En fin, que esto al final es un poco cuestión de gustos, usos y presupuestos, lo importante?no dejarse deslumbrar solo por el diseño porque al final es algo caro que tiene que durar y ser útil.


jueves, 2 de junio de 2011

RECETAS DEL MUNDO PARA NIÑOS Y MAYORES: PAN DE PLÁTANO Y NUECES. USA.


Hace poco descubrí, gracias a Alba, el Pan de plátano y nueces, y aunque me suena haberlo visto en algún sitio tipo Starckbucks, Fosters Hollywood o similar, no recordaba haberlo probado y merece mucho la pena probarlo y hacerlo.
El Banana Bread parece ser uno de los postres más tradicionales de USA junto con el Brownie, el apple pie, el cheesecake...aunque quizá algo menos conocido en España, pero sin buscamos por la red hay millones de recetas "in english" para preparar este apetitoso postre.

Aquí os dejo la que me ha gustado más, tras modificar alguna cosilla:

INGREDIENTES
200 grs. de harina de trigo + 50 grs. de harina fina de maíz.
250 grs. de mantequilla sin sal a temperatura ambiente.
4 huevos grandes.
225 grs. de azúcar.
4 plátanos de canarias maduros grandes.
1 sobre de levadura.
1 cucharadita de esencia de vainilla liquida.
75 grs. de nueces.
1/2 vaso de leche (o de nata líquida).

**VARIANTES: Se suele usar solo harina de trigo (aunque me gusta poner una parte de maíz porque suele quedar más fino y esponjoso) o se puede sustituir por harina integral para que sea algo más ligero, pero con un resultado buenísimo igual.
Yo prefiero reducir un poco el azúcar aunque la receta original lleva la misma cantidad que de harina. Tb se puede usar más plátanos y reducir algo más el azúcar o incluso usar fructosa.
La leche (o nata) se añade para que quede más jugoso pero la receta original no lo lleva y es algo opcional(se puede quitar y quedara rico igualmente).
Como en todos los casos, en vez de mantequilla se puede usar margarina.

PREPARACIÓN:

Aplastamos los plátanos con un tenedor de forma que quede machacado pero no hecho un puré (porque es más interesante que se noten trozos), se añade el azúcar y se mezcla bien, y posteriormente la leche (si se ha decido añadir leche). Se reserva.
En otro bol se baten los huevos, se añade la mantequilla batida a tª ambiente (no derretir con calor) y la vainilla. Una vez se haya mezclado todo (no hace falta que la mantequilla este completamente batida, puede haber grumos) se añade poco a poco la harina mezclada con la levadura con ayuda de un tamiz (es muy recomendable hacerlo así aunque lleve 10 minutos más). Una vez se ha mezclado todo bien, se incorpora la mezcla de plátanos quedando una pasta semi líquida (más si tiene leche).

Con estas cantidades llenamos casi justito un molde de aproximadamente 1.5 litros de capacidad. Una vez elegido, se unta el recipiente con mantequilla y se espolvorea con un poco de harina,lo que facilitara el desmolde, y vertemos en él la mezcla. Añadimos las nueces de tal forma que se mezclen por toda la masa.
Precalentamos el horno 10 minutos a 180º y metemos el recipiente unos 60 minutos (cada horno es cada horno, no os confieis y mirad si está hecho por dentro, esto es solo lo que tardó en mi horno. También influye el tipo de recipiente que usemos y la altura de la bandeja claro). Se recomienda tapar durante más de la mitad del tiempo para evitar que se tueste demasiado por arriba. Tened en cuenta que ya el color por el plátanos será oscuro y que enseguida coge color.




Enjoy your bread!!!!




lunes, 30 de mayo de 2011

UN TROCITO DE PARAISO EN NUEVA INGLATERRA


Si con nuestras anteriores entradas  os hemos convencido para cruzar “el charco” y dejaros caer por Nueva York,  esta es la guinda que os animamos a ponerle al pastel: un par de días (mejor si son tres o incluso más, si podéis) en Nueva Inglaterra, a unas 3 horas de Nueva York.
Pueblos costeros preciosos, con sus faros perfectamente conservados dando una luz metafórica a esas escarpadas costas; gastronomía de lujo con langosta, langosta y langosta como plato estrella, aunque el pescado, en general, es delicioso; y con una vegetación espectacular, perfecta para esconderse, ¡literalmente!, en uno de los “cottages” de Hidden Pond, en el increíble Kennebunkport.

Llegamos aquí casi por casualidad. Después de que no me convencieran ninguno de los hoteles de Boston, que era la idea original. Empecé buscando en los pueblos de los alrededores de Boston, y terminé encontrando un trocito de paraíso en el estado de Maine, a unas 90 millas al norte (más o menos 140 kilómetros).
Tengo que confesar que fue casualidad en parte, porque Maine era uno de esos sitios que casi antes de saber situar sobre un mapa me llamaba muchísimo la atención, y todo por culpa Jessica Fletcher y su ficticio (e idílico) Cabot Cove (si, si, yo también tengo mis defectillos y mi gusto televisivo no siempre es infalible, que se le va a hacer).
Ha sido un capricho, lo reconozco. Un capricho caro, además (aunque la verdad es que no se me ocurre ningún capricho que no sea caro, inútil o engorde). Pero lo cierto es que me fue poco menos que imposible encontrar hoteles medio agradables en los que admitieran a niños…  Ya teníamos el vuelo de vuelta desde Boston, los hoteles disponibles en Boston eran caros, cutres o las dos cosas y en New England no encontrábamos un hotel donde nos dejaran “meter” a las fieras, hasta que encontré Hidden Pond. No teníamos muchas alternativas, era eso o un motel, así que, a pesar de que se salía un poco de nuestro presupuesto, nos decidimos. ¡Qué gran acierto!
Se trata de un resort, con los mismos servicios de un hotel, pero en vez de habitaciones cuenta con cottages, cada uno con una decoración diferente pero todos con dos habitaciones, cada una con su propio baño. Perfecto para familias. Está enclavado en mitad de una zona boscosa, y a escasos 5 minutos de la playa y 10 del centro del pueblo –imprescindible coche, eso si-. El atento personal complementa un tándem perfecto para lograr que la estancia sea del todo perfecta.
A partir de las 18:30 organizan lo que llaman The Bonfire (traducido es “hoguera”), y que consiste exactamente en eso, una hoguera en la zona de la piscina, rodeada por butacas y mesas donde poder pasar un rato nocturno prefecto tomando un cocktail mientras los niños y no tan niños disfrutamos con la típica y tópica costumbre del s´more, que no es más que tostar lo que aquí conocemos como nubes (allí marshmallows) en una brocheta directamente sobre el fuego y una vez caliente colocarlo entre dos crackers con un trozo de chocolate. Ellos mismos tienen preparadas cestitas con todo lo necesario para los pequeños.
El desayuno lo dejan todas la mañanas en la puerta, junto con el Times, y consiste en pan y muffins recién hechos, zumo de naranja natural, leche y un termo con café, y yogures, con mantequilla y mermelada ecológica de la zona, aunque nos hemos encontrado con que desde las amenities del baño (¡¡¡que gel al aceite de oliva!!!) hasta el detergente para la ropa o para el lavavajillas es artesanal y ecológico, y estos últimos, con olor a lavanda.
La piscina tiene agua climatizada, para poder utilizarla aunque no haga demasiado calor o, imagino yo, en las noches de verano. Y para poder disfrutar aún más de la naturaleza, si cabe, nos dan la opción de ducharnos al aire libre, porque cada cottage cuenta con ducha exterior, y debe ser una toda una experiencia única utilizarla mientras llueve y refugiarse después al calor de la chimenea.
En los alrededores, y si disponéis de tres días, os recomiendo  Portland, a unas 30 millas, o lo que es lo mismo, 50 kilómetros. No hay que olvidarse de visitar su faro, seguramente uno de los más fotografiados de todo el estado, y el más antiguo. Su diminuto museo es entrañable.
También merece mucho la pena Portsmouth, a unos 50 kilómetros, esta vez al sur. La principal calle comercial parece sacada de un cuento. Aunque si tenéis ganas de compras, de camino quedan los Kittery Outlets, donde se puede hacer una paradita rápida y fundir lo poco que quede de Visa en Ralph Lauren, Calvin Klein o GAP.
Hay que dedicar tiempo a Kennebunkport, cuyo centro es pequeñísimo, pero muy coqueto, y con alguna que otra tienda interesantísima, como la de objetos de Navidad (inevitable que mi souvenir haya sido un adornito para el árbol). Para comer o cenar en un entorno precioso, hay que ir a Pier 77, en Cape Porpoise.

Y Boston es tan bonito que, al menos, hay que darse un paseíto y dedicarle unas horitas antes de que salga el vuelo de vuelta, aunque estoy segura de que bien merece un par de días.
De las cosas que nos han quedado pendientes y que nos obligarán a volver destacaría dos, porque me parecen especialmente apetecibles con niños: una es recorrer Casco Bay, en Portland, en un antiguo tren de vapor (Maine Narrow Gauge Railroad Co & Museum) y la otra, visitar el Strawbery Banke Museum, en Portsmouth,  con un barrio entero formado por casas de época perfectamente ambientas y conservadas, que, además, se pueden ver por dentro.
Nuestros tres días allí han servido para descansar y para hacernos una pequeña idea de lo que nos espera la próxima vez que vayamos, porque nos han quedado tantas cosas pendientes, y nos ha gustado tanto, tanto, la zona y “nuestra” pequeña casita, que volveremos seguro. Al menos vamos a empezar a “hacer hucha” para intentarlo.

jueves, 26 de mayo de 2011

¡NUEVA YORK CON NIÑOS! (II), CUESTIONES PRÁCTICAS


El vuelo.
A muchos, a mi la primera, os asustará el tema del avión… y es que reconozco que hay que ser valiente para “meterse” 8 horas de vuelo con dos canijos. Los nervios previos no hay quien te los quite, peeeero, para vuestra tranquilidad os diré que los niños con algo de entretenimiento se suelen portar fenomenal…. Y el resto del tiempo lo pasan durmiendo.
Eso si, se acabaron los tiempos de comprar el Vogue, el Hola y el Elle en el aeropuerto “para entretenerme”, porque ni los abriréis. Más consejos aquí.

El "trago" de pasar por inmigración.
Seguro que habéis leído, escuchado y visto miles de veces aquello de que si no les gustas te meten a un cuartito, y allí, como no hay libertades civiles ni nada (y encima eres latino y para colmo sólo chapurreas en un “spanglis” malísimo), vete tu a saber lo que te hacen… Bueno, pues no es para tanto, y la realidad es que suele ser un trámite, sin más, para la mayoría, y los que terminan en el famoso “cuartito” cuentan que tampoco es para tanto.
Lo malo es que las colas que se montan si son de película de terror, así que mi consejo es que inocentemente preguntéis a alguno de los que están por allí organizando si no hay alguna cola para familias… si vuestro inglés no es muy bueno, simplemente poneos bien visibles con los peques, porque suelen ser muy, muy atentos con las familias y mi corta experiencia me dice que en cuanto os vean con los niños os sacarán de la fila y os colarán.
Una vez frente al “poli” de inmigración, un par de preguntas como el motivo del viaje (decimos “jolideis” a coro), foto, huellas dactilares (a los niños ni foto ni huellas), sello en el pasaporte y a correr (y la ilu que hace lo del sello en el pasaporte no tiene precio).
Recogemos las maletas y pasamos por la aduana, donde puede que nos abran la maleta: si hay potitos para el peque, ninguna pega; si hay jamón de bellota, lo confiscarán, eso sí.
Los traslados.
Si sois unos psicóticos de la seguridad en el coche, como una servidora mismamente, os parecerá impensable subir a los niños a un coche que no disponga de la correspondiente sillita de seguridad.
En Nueva York contratamos el traslado con  Legends Car & Limousine Service, y la experiencia fue bastante buena. El chofer estaba esperando en el aeropuerto, y las sillas estaban perfectamente colocadas en el coche. Eso si, el precio es unas tres o cuatro veces más caro que el clásico taxi amarillo.
El temido “jet-lag”
Lo bueno de viajar con los niños es que llegaréis tan cansados, que ni jet-lag, ni nada, dormiréis 40 horas seguidas… bueno, más bien en condicional, dormiríais. Es decir, dormiríais si no viajaseis con vuestros retoños.  Y aquí es donde entra lo malo de viajar con niños, y es que, aunque tu hayas llegado cansado, el primer día te despertarán a las 4:30 de la mañana…
Lo bueno, otra vez, es que en un par de días se habrán adaptado al nuevo horario sin problemas (como hizo nuestro hijo pequeño). Lo malo es que puede que tu hijo sea igualito a mi hijo mayor y se pase todas las vacaciones despertándose-despertándoos a las 5:30. Ante esto, lo mejor es turnarse, cada mañana se levanta uno y el otro descansa, y adelantar un poco la hora de acostarse.
No os asustéis. Yo estoy segura de que con un poco más de organización también se hubiera adaptado en un par de días, pero en nuestro caso, no nos interesaba demasiado puesto que a la vuelta hubiera tocado el proceso contrario y dado que teníamos que volver al cole, preferimos dejar así el tema. Si viajáis fuera de fechas escolares-laborales, puede ser buena idea empezar a retrasar la hora de acostarse y levantarse una o dos semanas antes del viaje.
Consejos, mantenerles despiertos y entretenidos lo más posible para intentar sincronizar su horario con el horario real de allí (6 horas menos) y asegurarse de que las persianas y cortinas quedan bien cerradas puesto que amanece muy temprano y es fácil que al ver la luz se desvelen.  Eso y paciencia.
Desplazarse por la ciudad
Pues a pesar de la psicosis de las sillitas de coche que os mencionaba antes, en NY lo más fácil con niños es moverse en taxi. Si, ya se que contradice mis más arraigadas creencias, y que se opone a cualquier tipo de prudencia (y los que hayáis subido a un taxi allí sabéis a que me refiero)… pero en Nueva York nunca paras de andar y andar y andar, y es una ciudad para eso, para “pateársela” enterita, pero  cargando con dos peques, la sillita, la mochila, la cámara de fotos, el agua, los pañales, las toallitas, y los miles de "por-si-acaso" que se van acumulando cuando sales con niños… un taxi en un momento dado puede ser tu mejor aliado, y es que los hay a montones y por dos duros (o dólares) llegas en un momentín a cualquier sitio, sin preocuparte de muchedumbres o escaleras de metro.
No es una buena recomendación, por eso no lo recomiendo, pero es lo que nosotros hemos hecho tanto en este viaje como en el anterior, movernos combinando muchos pies con algún taxi.
Desayunar, comer, cenar.
En este aspecto, Nueva York es absolutamente ideal para viajar con niños. Obviamente no hemos conocido todos los restaurantes de Manhattan, pero en todos los que hemos entrado disponían de tronas, lápices de colores y menú de niños, que suele consistir en un plato único (bastante generoso), con acompañamiento, por unos 5 ó 6 dólares.
Además tanto en los delis, como en muchos puestos callejeros podéis encontrar zumos, batidos y fruta fresca (además de otras cosas menos saludables como perritos, bagels, muffins, helados, kebaps, y un sinfín de comida “ultrarápida”).
En los Duane Reade o Wallgreen (hay uno en cada esquina) podéis encontrar desde yogures, fruta o leche, hasta pañales, potitos o toallitas. Eso si, si vuestro hijo come potitos, tened en cuenta que allí son muy diferentes a lo que estamos acostumbrados y generalmente sólo tienen un ingrediente y son más pequeños. Si el niño es algo especial, puede ser buena idea llevarlos de aquí.
Alojamiento
En Nueva York hay hoteles para todos los gustos, colores y presupuestos. Hay que tener en cuenta que la ciudad es muy grande, por lo que mi consejo, especialmente viajando con niños, es que merece la pena invertir un poco más y buscar un hotel relativamente céntrico, que facilite la tarea de ir-venir diaria.
Otra cuestión a tener en cuenta es que los “estándares” de calidad a los que estamos acostumbrados en los hoteles españoles, no son los mismos allí… es decir, que a igual calidad, allí nos saldrá bastante más caro o lo que es lo mismo, a igual precio allí encontraremos hoteles bastante peores.
Nosotros, las dos veces, nos hemos alojado en el Aka Times Square, algo caro, pero por situación y por servicios, muy recomendable para viajar con niños, puesto que se trata de apartamentos perfectamente equipados, cocina incluida. Mis niños son bastante agradecidos cuando comen fuera, así que la cocina no la hemos utilizado, pero puede resultar de lo más socorrida para preparar algo de urgencia, y además la nevera (enooorme) es muy práctica para guardar yogures, leche, fruta, quesitos y esas cosas que picotean los niños entre horas y cervecitas, refrescos, helados y esas cosas que picoteamos los mayores cuando los niños están ya en la cama y estamos de vacaciones.
Otras cuestiones prácticas.
-En cada vez más restaurantes hay cambiadores para niños, por lo que esto no suele ser un problema. En algunos museos existen incluso aseos familiares.
-Verificar siempre horarios de lo que vayáis a visitar cada día, teniendo en cuenta que a veces varían según la temporada.
-En algunas “atracciones”, como el Empire State o la Estatua de la Libertad, las colas pueden ser de infarto. Con los niños hay que tenerlo en cuenta (aunque es posible que os permitan saltaros la cola al ir con los niños)
-Una mochila portabebés, al margen de que en general seas o no un amante del porteo, suele ser utilísima para este tipo de viajes. Si viajas con dos, salvo que dispongas de silla gemelar, se convierte en un imprescindible. Eso si, hay que informarse bien antes de comprar para que sea cómoda para bebé y adulto.
-Conviene tener más o menos claro lo que queremos ver, pero con niños es inútil pretender llevar rutas perfectamente organizadas: toca adaptarse.  
-No olvidar llevar un seguro de viaje. La sanidad allí es muy cara, por lo que es importante un buen seguro, especialmente si viajamos con niños. Revisad antes vuestros seguros de hogar, que a veces tienen coberturas de este tipo y recordad que muchos seguros de salud incluyen urgencias en el extranjero.
Espero que esta información os sea de alguna utilidad, aunque recomiendo siempre contrastar las cuestiones que sean importantes para vosotros, porque puede haber algún error  y porque las cosas pueden -y suelen- cambiar con el tiempo.
Ahora que lo tenemos todo atado sólo queda disfrutar del viaje.

NUEVA YORK ¿¿¿CON NIÑOS???...... SI, ¡NUEVA YORK CON NIÑOS! (I)


Pues sí, Nueva York con niños también es posible. En nuestro caso los peques tienen 3 años (casi 4) y 15 meses, y puedo asegurar que han disfrutado tanto como nosotros del viaje. Para el mayor era su segunda “incursión” en tierras estadounidenses, puesto que con sólo un añito se estrenó en Nueva York y en Miami…. Obviamente no recuerda nada de aquel viaje, pero ver las fotografías ha sido estupendo para prepararle para lo que iba a ver. Y la ilusión que ha mantenido respecto al viaje ha sido increíble. Ahora la ilusión ha cambiado por ¿y cuándo volvemos a Nueva York?
Muchos seguro que ya conocéis la city, y la mayoría seguro que jamás os aventuraríais a viajar allí con niños, pero hay un millón de cosas que entusiasmarán a los más mayorcitos y para los peques, siempre es divertido pasear entre el bullicio de las calles, y los muchos (¡y perfectos!) parques en los que hacer una paradita técnica les encantarán.

Una de las cosas “imprescindibles”, es cruzar el puente de Brooklyn a pie; disfrutar, si podéis, de un brunch familiar con vistas en Bubby´s Brooklyn y continuar por Fulton Park, que hará las delicias de los peques, mientras los mayores se maravillan con las vistas de Manhattan y agotan la cámara de fotos. Para volver a Manhattan podéis tomar un water taxi hasta South Street Seaport, un agradable puerto para seguir disfrutando del Brooklyn Bridge. Los escasos 10 minutos de viaje en barco encantarán a los pequeños.

Imprescindible subir al Empire State, donde alucinarán con las vistas -¿y quién no?-, y,para mi, imprescindible también subir al Top of the Rock, mejor si está anocheciendo. Aquí, desde el ascensor ultrarápido hasta las luces del vestíbulo de la última planta les dejarán boquiabiertos, casi tanto como a los papás las vistas del Empire iluminado.

A los más mayorcitos seguro que les encantará el American Museum of Natural History, con sus dinosaurios. Nuestro “casi-cuatro-añitos” no se lo hubiera perdido por nada del mundo, y por supuesto, no le decepcionó en absoluto.
¿Y qué más? Pues depende de los días y de vuestros gustos, pero para “pequeños”,  millones de alternativas.
Tenemos Central Park, que da para mucho y donde incluso podemos improvisar un picnic o visitar el Zoo. Es ideal para combinarlo con algún museo de la zona, porque aunque hay mucho que ver -¡y andar!- también hay espacios para tirarse al césped, quitarse los zapatos y descansar mientras las fieras, que nunca se cansan, corren y saltan.
Bryant Park, ideal tras un paseo para visitar Grand Central Terminal y la Public Library, y más ideal todavía si os habéis aventurado a caminar hasta la ONU.
Madison Square Park, tras ver el famosísimo Flatiron, o hacer unas compritas en Macys o disfrutar de las que dicen son las mejores hamburguesas de Nueva York en Shake Shack. Si vais en verano, no os olvidéis de bañador y calzado de goma para que los peques puedan disfrutar de la zona de agua.
La High Line, que para los peques quizá no sea más que un parque donde correr, pero que para los adultos es un oasis con las mejores vistas de Chelsea (de momento, pronto veremos nuevos barrios porque está en pleno proceso de ampliación). Tampoco es mala idea pasar antes por el pequeño pero perfectamente restaurado Chelsea Market, y quizá hasta improvisar una merienda a base de originales Cupcakes con forma del monstruo de las galletas o de Spiderman, o de preciosas cookies con forma de “yellow-cab”.
Y además de los millones de parques, no puede faltar una visita a Times Square, a su inmenso Toys´r´us con noria incluida (ojo, porque no querrán marcharse nunca) y a la curiosa tienda M&Ms  (yo hubiera preferido Sephora, pero….)  y tras el baño de multitudes, y para rematar el momento “freak”, comer o cenar en Bubba Gump.

Si queremos fomentar el espíritu consumista de los niños, aquí no nos faltarán ocasiones, y hay que llevarles a FAO Schwarz, Disney Store y Lego Store, y de paso alucinar nosotros con los escaparates de las muchas tiendas de la Fifth Avenue (¡¡¡mamá, mira, hay bolsos que salen de huevos!!!).
Hay muchas más cosas que hacer, algunas dependiendo de la edad de los niños y de vuestras preferencias y las suyas: ver algún musical Disney, cruzar a Roosevelt Island en funicular, pasar un día diferente en el decadente Coney Island, maravillarse con una misa Gospel, ver un partido en el Yankee Stadium o en el Madison Square Garden, visitar el espectacular Bronx Zoo, fomentar nuestra vena artística en el Met, el MoMA o el Guggenheim, subir a la corona de Miss Liberty y visitar Ellis Island, perderse en el Village o en la pintoresca Chinatown, imaginar Little Italy cuando no era tan, tan little, ir de compras al SoHo, pero también al mítico Bloomingdales,….
Y seguro que me dejo muchas más, aunque hay una en especial que, por organización y por tiempo, nos ha quedado pendiente esta vez, pero la próxima no se nos escapará, el Brunch Jazz del Smoke Jazz & Super Club, que los sábados es “apto” para niños, y que me parece un plan perfecto para disfrutar de un poco de buena música en familia. Para el Club de Jazz de verdad, con copita y todo, habrá que esperar unos años más, pero a falta de pan...

sábado, 14 de mayo de 2011

LAS MOCHILAS PORTABEBES


Parece que esto de portear a los bebes, es decir, usar portabebes, cada vez está más de moda entre el famoseo, lo que quizá sirva para acercar y normalizar un poco más el uso de portabebes entre las madres, padres y cuidadores, si bien es cierto que las mochilas portabebes siempre han sido conocidas y de lo más usado en este sentido.
La primera imagen que recuerdo de un famoso porteando fue la de Gwen Stefani con su super mochila de Gucci. En su día la mochila me pareció tan genial como ella, claro pero ¿y que sabía yo de mochilas y bebes? Pues lo mismo que se ahora de aviones de combate, NADA. Mi hermana ya me dijo que si, que era muy glam pero tenía pinta de incomoda para el bebe (quizá dijo no adecuada) y muy incomoda para ella.....y claro, con el tiempo entendí a que se refería. En este tipo de mochilas llamadas "colgonas", que acostumbramos a ver a menudo, aunque no de Gucci si de marcas como Jané, Chicco, Baby björn, Cybex....el bebe va literalmente "colgado" de los genitales, en vez de con las piernas semiflexionadas, en la llamada posición "ranita", lo que no resulta adecuado para sus caderas y sus piernas, pero además, con los tirantes tan finos y la conformación de la propia mochila, entre otras cosas, también parece muy incómoda para el porteador. ¿Será por eso que no se volvió a ver a mi amiga Gwen con ella cuando tuvo su segundo hijo? He de decir en su favor que después ha seguido porteando con foulares y otro tipo de portabebes, mucho más adecuados.
Hace cosa de un año, quizá algo más, la hija de Bisbal se quedó colgando cabeza abajo mientras su madre la llevaba en esta mochila, y aunque no he podido encontrar imágenes de ese momento, os aseguro que yo misma lo vi con estos ojitos en TV en su día (no es una leyenda urbana vamos); recuerdo que fue en un aeropuerto mientras subía unas escaleras mecánicas, por suerte no paso nada pero vamos, después de ver eso nunca usaría esta mochila....Por cierto, las malas lenguas de los programas "educativos" que tanto gustan decían que era falsa y que por eso le ocurrió eso, pero como no la he visto en persona ni verdadera ni falsa, lo desconozco. Cierto que eso es algo muy excepcional incluso para estas mochilas, pero también es cierto que en una ergonómica no le habría pasado.
Ahora, que si hay un modelo de mochila famoso es la Baby björn, que se vende en todas partes, se regala mucho y se ve a menudo, sobretodo con bebes pequeños claro, a pesar de que no solo lleva a los pequeños colgados de los genitales como ya he comentado, sino que además tiene la "opción" de llevarlos cara hacia delante, como hace Heidi Klum en la foto, algo que todas las asociaciones de porteo rechazan debido a la sobre estimulación que puede llegar a soportar el bebe sin tener la posibilidad de cortarla ni de refugiarse en su porteador como si podría hacer si fuera mirándole o en la espalda de este. Parece ser que hay estudios que indican que estos niños pueden tener comportamientos hiperactivos, aunque no puedo ofrecer muchos datos a este respecto. Aparte de eso, no proporciona un apoyo firme de la columna ni asegura una postura correcta, solo hay que ver la postura tan antinatural que lleva la niña.
Naturalmente, desde esta marca defienden no solo que las mochilas colgonas son beneficiosas para las salud sino que ir "cara al mundo" también lo es pero claro, quieren venderlas así que, ¿que van a decir?. En Red canguro podéis ampliar la información sobre este tipo de mochilas.

Si nos fijamos en otras culturas que aun hoy continúan porteando a sus bebes como se hacía hace años e incluso siglos, vemos diferentes versiones de portabebes, y creo que los más parecido a las mochilas, ya para niños más mayores, quizá sean las grandes cestas de mimbre
en que muchas madres asiáticas llevaban y llevan a sus bebes a los campos, talleres, mercados....La imagen de la derecha, donde un padre es el que porta a su hijo en una gran cesto, hoy en día puede verse aun en China. Hace dos años, en pleno metro de Pekin, pudimos disfrutar de una imagen similar en la que unos padres llevaban así a sus hijos, algo encantadoramente sorprendente visto desde los ojos de unos occidentales.

Cuando nació mi hija resultó ser un bebe "especial" que no se comportaba como siempre nos han dicho que deben hacerlo los bebes, a los cuales les encanta pasear en el carrito, dormir en la cuna y descansar en la hamaca....A mi hija no, resulta que teníamos uno de los mejores carritos del mercado, ideal
para pasear por el campo, ligero, transpirable...bueno, el Mercedes de los carritos...pero a mi hija resulta que no le gustaba el Mercedes, prefería ir de "paquete" en moto, agarrada a mama o papa, así que empecé a buscar una mochila que nos permitiera salir de paseo contentos, desoyendo esas voces que opinaban, supongo que porque tenían boca, que si la niña lloraba un poco no pasaba nada porque debía acostumbrarse al carro, y me decidí por la Ergobaby y esta sí le gustó casi desde el primer momento, cuando necesitaba aun el cojín reductor porque no pasaba de los 3,5 kilos y sólo asomaban sus diminutas piernas. La verdad es que ha sido una compra excepcional porque aun hoy, con casi un año, la seguimos usando a menudo....aunque cierto es que mi hija parece que sigue siendo especial y en contra del comportamiento que todo el mundo prevé en una niña criada en brazos, prefiere gatear y estar en el suelo explorando el mundo.
Debo decir que opte por esta entre las opciones que barajaba cuando la encontré rebajada, porque aunque es algo que se amortiza muchísimo y en comparación con un carrito tiene un precio ridículo, tampoco es barato claro. Hay otras mochilas de este tipo en el mercado que son igual de recomendables, como por ejemplo la Manduca, que como podéis ver en su web es muy parecida, o la Patapum, otra de la misma gama.
Mi hermana, si no me equivoco, tiene la Beco, que es más parecida a un mei tai (del cual ya hablaremos detalladamente en otra entrada) pero ya hecho, y está tan contenta que hace poco la perdieron ( si, yo tampoco se como se puede perder una mochila) y aunque mi sobrino pequeño tiene ya 15 meses, rápidamente se compraron otra igual para su viaje a USA, y es que cuando estas acostumbrada a tenerla no sólo es complicado pasar sin ellas sino que una se decide a comprar más portabebes distintos.
Hay muchos modelos más como la marsupi, angel pack y bueno, seguro que muchas más que yo ni siquiera conozco así que ¿Cual elegir? Creo que sobretodo debéis optar por una ergonómica y que se adapte a las edad en la que la tenéis pensado usarla, y, según el clima de la zona, sea de una tela que sirva para la mayor parte del año. Si tenéis dudas pedid consejo a algún asesor de porteo, acudid a alguna charla o taller al respecto o visitar alguna tienda especializada donde podréis probarlas y decidir (eso si, hay que asegurarse de que los modelos que tienen son ergonómicos y de que saben de que hablan).

Cuando buscaba fotos para está entrada me ha sorprendido ver como Gisele Bundchen, modelo conocida, también usa una ergobaby, aunque si lo piensas, una mujer que ha declarado que la lactancia materna debería ser obligatoria, debe saber lo que se hace con su hijo ¿no? (al margen de la polémica que pueda llevar tras de sí esta declaración)...¿Quizá pronto se ponga de moda también eso de dar lactancia materna? Hombre, las famosas españolas yo creo que no saben ni escribir el término o al menos yo no conozco ninguna que haya hablado en su defensa...con lo que les gusta defender causas perdidas!!!!!.

Por cierto, con el tiempo he descubierto que sí, mi hija es especial por mil cosas, pero desde luego no por el hecho de que no le guste pasear en el carro...eso de que a todos los bebes les gusta si que es una de tantas leyendas urbanas acerca de los bebes!!!!